Córdoba, 24 de diciembre de 2017.
Estimados amigos:
En estas fechas en las que nos encontramos, marcadas sin duda por su carácter religioso, pero sin duda relevantes para todos, independientemente de nuestra fe, me gustaría unirme a las felicitaciones que seguro que ya os están llegando desde hace algunos días.
Pero antes de eso, me gustaría, como siempre suelo hacer en mis artículos, invitaros a la reflexión. Invitaros a que más allá de lo que os regalen, más allá de la celebración, más allá de la cena, valoréis esta noche compartir mesa con vuestros seres queridos, aquellas personas que os importan.
No es que yo sea un erudito, ni un gran sabio que haya visto más mundo que muchos, pero por suerte o por desgracia, he tenido la oportunidad de ver muchas cosas. Por suerte porque me han enseñado cosas, y por desgracia porque las enseñanzas de unos son el sufrimiento de otros. Así que en una noche como hoy, sé que habrá quien cene sólo en casa, sé que habrá quien ni cene ni tenga casa, sé que habrá familias con sillas vacías en la mesa, en las que faltarán abuelos y padres, pero en algunas que otras faltarán hijos, al igual que habrá alguna que otra familia donde estarán reunidos en cuerpo, pero nunca en alma.
También debemos tener en la memoria a aquellos que ésta noche estarán con nosotros en la distancia, militares que están de servicio o de misión en el extranjero, pues la seguridad exterior repercute en la propia, policías y guardias civiles que hacen que ésta noche como todas, nuestras ciudades, pueblos y carreteras, así como nuestras fronteras, sigan siendo un lugar seguro, bomberos que estarán alerta para socorrer a quien lo necesite ante cualquier incidente, médicos y enfermeros de guardia, y mucha más gente que no estará con sus familias para que el resto podamos.
Es por todo lo anterior, que seáis devotos de la Navidad, o, por el contrario, os importe poco, si sois afortunados de tener la oportunidad de reuniros en familia, aunque sea en estas fechas después de un largo año, aprovechad y celebradlo, celebrad la Navidad, celebrad la unión o celebrad lo que queráis, pero celebradlo mientras se pueda.
Muchas gracias por vuestra atención, que paséis una Feliz Navidad.
Pero antes de eso, me gustaría, como siempre suelo hacer en mis artículos, invitaros a la reflexión. Invitaros a que más allá de lo que os regalen, más allá de la celebración, más allá de la cena, valoréis esta noche compartir mesa con vuestros seres queridos, aquellas personas que os importan.
No es que yo sea un erudito, ni un gran sabio que haya visto más mundo que muchos, pero por suerte o por desgracia, he tenido la oportunidad de ver muchas cosas. Por suerte porque me han enseñado cosas, y por desgracia porque las enseñanzas de unos son el sufrimiento de otros. Así que en una noche como hoy, sé que habrá quien cene sólo en casa, sé que habrá quien ni cene ni tenga casa, sé que habrá familias con sillas vacías en la mesa, en las que faltarán abuelos y padres, pero en algunas que otras faltarán hijos, al igual que habrá alguna que otra familia donde estarán reunidos en cuerpo, pero nunca en alma.
También debemos tener en la memoria a aquellos que ésta noche estarán con nosotros en la distancia, militares que están de servicio o de misión en el extranjero, pues la seguridad exterior repercute en la propia, policías y guardias civiles que hacen que ésta noche como todas, nuestras ciudades, pueblos y carreteras, así como nuestras fronteras, sigan siendo un lugar seguro, bomberos que estarán alerta para socorrer a quien lo necesite ante cualquier incidente, médicos y enfermeros de guardia, y mucha más gente que no estará con sus familias para que el resto podamos.
Es por todo lo anterior, que seáis devotos de la Navidad, o, por el contrario, os importe poco, si sois afortunados de tener la oportunidad de reuniros en familia, aunque sea en estas fechas después de un largo año, aprovechad y celebradlo, celebrad la Navidad, celebrad la unión o celebrad lo que queráis, pero celebradlo mientras se pueda.
Muchas gracias por vuestra atención, que paséis una Feliz Navidad.
Atentamente, Nidal Ghanemi.
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