Córdoba, 31 de diciembre de
2017.
Estimados amigos:
Como cada fin de año y
dada mi tendencia a la reflexión, cosa que aún no sé si es del todo buena, he
vuelto a pensar en cómo pasa el tiempo. Parece un tópico, pero es la verdad
más absoluta. Hace nada estábamos empezando 2017, y con todas las cosas que
han pasado que no han sido pocas, ya se nos va. Muchos caerán en el error de
hacerse propósitos para el nuevo año, creyendo que por fecharlos a día 1 de
enero serán más efectivos. Otros hablarán de cerrar y abrir ciclos, etc.
Bueno, es una manera de entender el tiempo, pero ¿y si los años no fuesen
páginas que rellenar? ¿Y si el tiempo de nuestra vida fuese una enorme página
que nunca pasa, como si fuese un monitor cardíaco o un tique de la compra? Una
página donde TODO está escrito en la misma página, dónde a fecha de hoy,
también seguimos viendo lo que nos pasó en 2015, dónde podemos ver que los
ciclos no empiezan un 1 de enero y acaban un 31 de diciembre, dónde vemos que
un mal año sólo fue una batalla perdida pero que seguimos en el combate de la
vida. El calendario, invención humana para medir el tiempo, cada civilización
ha tenido el suyo ¿quién os dice que no cambiará en el futuro? Pero el tiempo
está ahí, por encima de cómo lo dividamos, una línea por la que caminamos, sin
detenernos mientras vivamos.
El nuevo año, sea el
que sea, no traerá salud, no traerá dinero ni traerá amor. Traerá 365 días
para buscarlos por nosotros mismos. Así que no culpemos al calendario de
nuestros errores, de la mala planificación, ni esperemos a que cambie de
número para marcarnos objetivos o empezar a hacer cosas. Cualquier momento es
el momento si es en serio, y los días como hoy son solo para hacer balance y
nada más. Los días como hoy son para sentirnos orgullosos de nuestros logros y
celebrar que seguimos vivos un año más. Os invito a que lo pongáis en
práctica, a que a pesar de cómo vaya el año, de que se tuerzan las
expectativas, no dejéis nunca de luchar o pospongáis nada para 2019. El
momento siempre es ahora.
Tengamos presentes esta
noche nuevamente a aquellos que cierran y abren el año de servicio, velando
siempre por todos. Militares de guardia o en misión en el extranjero, Policía
Nacional y Guardia Civil en nuestras calles y carreteras, Bomberos, personal
sanitario de guardia en los hospitales, y mucha gente que trabaja desde la
sombra para que el mundo no se pare sólo por cambiar de año. Merecen todo
nuestro reconocimiento.
Y ya sin más me
despido, como siempre agradecido por haber dedicado una parte de vuestro
tiempo a leer estas líneas y con mis mejores deseos para que ganéis todas
vuestras luchas no sólo en 2018 sino siempre.
¡Feliz Año Nuevo!