lunes, 15 de enero de 2024

El Oficio más Prostituido del Mundo

Cuenta la leyenda, que en tiempos remotos, el oficio de periodista era algo reservado a aquellos capaces de perseguir la verdad con todos los detalles para ponerla en conocimiento del mundo.


Cuentan los mitos, que antes de investigar, escribir, publicar sobre algún tema, se informaban un mínimo sobre el tema, y que contrataban sus fuentes para filtrar la información.


También dicen los más ancianos del lugar, que tenían alguna especie de código ético, principios, etc. Que les llevaba a corregir aquella información que a posteriori resultase equívoca, además de ser gente con habilidad para usar el lenguaje y expresarse con corrección.


Desgraciadamente, en los tiempos que corren, y desde hace algunos más, el periodismo ha degenerado de tal manera que su temerario desprecio hacia la verdad resulta vomitivo. Su función de matón de barrio al servicio de la manipulación en pro del interés del que pague resulta despreciable. 


Su capacidad para alterar la realidad, para crear enfrentamiento, esa necesidad de ganar visitas sin importar siquiera las consecuencias que la desinformación que desprenden pueda generar, ha creado una brecha insalvable entre ellos y la realidad. 


El dicho reza "No dejes qrue la verdad estropee un buen relato". Ese es el principal lema de los que cada día, y lo más lejos posible de la calle, ejercen el oficio más prostituido del mundo.


No, no tenéis autoridad moral para cuestionar a nada ni a nadie, no tenéis credibilidad, no tenéis dignidad ni el más mínimo atisbo de honorabilidad. Por unas visitas venderíais a vuestras madres igual que por unos millones de euros habéis vendido a vuestro país. 


Malditos juntaletras adictos al morbo, sois una desgracia para el mundo, pero mucha gente ya está despertando.