Lucía es una niña de 28 meses de edad. Es una niña cuyos padres están separados desde hace más de año y medio, al poco de cumplir ella su primer añito. Su padre siempre la ha querido, desde el primer momento. Cuando aún no tenía nombre ni sexo, cuando se llamaba Lucía, cuando papá y mamá estaban juntos y cuando el modelo familiar cambió, su amor por ella nunca lo hizo lo más mínimo. Los primeros meses todo iba bien. Lucía estaba con papá todos los fines de semana de viernes al mediodía hasta el domingo por la noche y con mamá desde el domingo hasta el viernes. Durante su estancia con papá, Lucía era feliz, ya que siempre le acompañaba allá donde iba, jugaba con ella y le intentaba enseñar palabras y números. En verano lo pasaba especialmente bien, porque iban a la piscina, aunque la piscina grande no le gustaba mucho. En aquellas vacaciones papá estaba especialmente orgulloso de Lucía, ya que había aprendido a usar el orinal. Estaba aprendiendo mucho, y muy rápido. Durante todo ese tiempo, su abuela iba a verla cada vez que podía, a jugar un rato con ella y a llevarle siempre alguna cosa. Estaba realmente ilusionada con ella. Pero después de aquel verano todo cambió. Después de un último fin de semana con papá en el que había ido a su primera boda, de repente y sin saber por qué, mamá decidió que ella ya no pasaría más noches con papá, pero estando con el, decidió que debía quedarse y avisó a mamá. Parecía que todo iba bien, pero mientras Lucía dormía, el telefono del portal la despertó. Había llegado la Policía Nacional porque mamá por alguna extraña razón, creía que Lucía estaba en peligro. A la noche siguiente, Lucía se fue con mamá, porque tenía que ir a la guardería. Papá no sabía nada de que Lucía ya iba a la guardería, después de mucho tiempo intentando convencer a mamá de lo importante que era, acababa de enterarse de que por fin iba. Papá había desaparecido, no sabía por qué no iba a recogerla, ni a verla ni nada. Después de 10 días sin saber nada de él, papá había llegado a la guardería. Que listo era papá, sin que nadie le dijera nada, había encontrado qué guardería era y dónde estaba, para poder ir a ver a Lucía. Con el tiempo, la recogía cada mañana y la llevaba con mamá cada noche
del fin de semana, pero ella quería pasar las noches con papá como hacía antes. Con el tiempo, mamá entró en razón y Lucía de nuevo pasaba los fines de semana durmiendo con papá. Papá incluso a veces la llevaba o la recogía de la guardería, y hasta la llevó a su trabajo a enseñarle muchas cosas que le encantaron. Fueron unas navidades muy divertidas para Lucía, que se lo pasaba bien con papá paseando por las calles iluminadas, por las tiendas, de nuevo con su abuela y con los amigos de papá. Esas navidades tuvo muchos regalos, pero cuando las navidades acabaron, papá había desaparecido de nuevo. Hoy hace 25 días que no duerme en casa con papá, hace 21 que ni siquiera ve, oye o habla con papá...Hoy seguramente Lucía se pregunte por qué papá y la abuela ya no la quieren o si se han olvidado de ella. Lo que Lucía no sabe, es que su papá y su abuela nunca dejarán de quererla, nunca han renunciado a ella y nunca lo van a hacer. Llegarán hasta donde sea necesario por estar de nuevo con ella.